viernes, 21 de enero de 2011

Un error garrafal

 

Aprendemos equivocándonos. El binomio ensayo-error resulta ineludible. Pero una serie de errores conduce al fracaso. ¿Cómo aprender entonces sin fracasar? Y peor: ¿Cómo pudimos crear una sociedad tan competitiva, que encumbra al “ganador” (que no existe) mientras estigmatiza a los perdedores (es decir, a todos)? He aquí un error garrafal, una enorme estupidez.

La vida casi nunca sale como queríamos. La cosas salen mal, como demostró ya Murphy. ¿Es eso tan malo?

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